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El Skin de este foro fue realizado por ROSHIO de Dixinmortal. Prohibida la copia total o parcial del contenido gráfico, códigos e intelectual. Agradecemos al artista Antonio J. Manzanedo por la imagen que adorna el foro.
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Capitulo 2: Sectas
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La Camarilla
“Todos los Vástagos se escondieron de los otros, y de los humanos que vivían alrededor.
Escondidos permanecemos hoy, pues la Jyhad aún continúa.”
-El Libro de Nod (El Cuento de la Primera Ciudad - La Crónica de Caín)
Escondidos permanecemos hoy, pues la Jyhad aún continúa.”
-El Libro de Nod (El Cuento de la Primera Ciudad - La Crónica de Caín)
Fortalezas tradicionales: Chicago, Londres, Nueva Orleáns, París, Viena.
La Camarilla también es conocida como “La Torre de Marfil,” y la secta hace justicia a su nombre. Creada en el siglo XV, la Camarilla se formó para preservar y proteger a la sociedad vampírica de las persecuciones de la Inquisición así como para terminar con la reducción de poder que había provocado la Guerra de los Príncipes durante la Edad Oscura. Los líderes de la Camarilla impusieron cruelmente la Tradición de la Mascarada, considerándola la ley más importante de la secta, una prioridad que continúan defendiendo incluso en las noches modernas. Los llamados “Vástagos” tratan de mantener una tranquila armonía entre los vampiros y la humanidad, un objetivo constantemente amenazado por el Sabbat.
La Camarilla se considera a si misma la sociedad de los vampiros y su orgullo se encuentra justificado en parte. Después de todo es la mayor secta de la Estirpe y posiblemente casi cualquier ciudad del mundo disponga de algún tipo de presencia de la Camarilla. Un Vástago que llegue a una nueva ciudad y busque la autoridad de la población vampírica local, muy a menudo terminarán encontrándose con una corte de la secta. Esta expansión también se debe en parte al hecho de que la Camarilla afirma que cualquier vampiro, sin importar su clan o línea de sangre, puede recurrir a un Príncipe y unirse a la secta. Y también se debe al hecho de que la Camarilla afirma que toda la sociedad de los vampiros se encuentra bajo su autoridad, sin importar lo que crean los demás Vástagos. Muchos vampiros encuentran más sencillo sentarse a la sombra de la Torre de Marfil que discutir al respecto.
A lo largo de los siglos la Camarilla se ha esforzado por hacer realidad su proclamación de dominio global, aunque su éxito ha sido limitado. Los vampiros son criaturas territoriales por naturaleza y existe un mundo de diferencia entre que un Príncipe apoye la idea de que un Justicar tenga autoridad sobre todo el mundo y que unos Arcontes aparezcan en los límites de su dominio y le exijan una obediencia total. Los antiguos que recuerdan la época anterior a la formación de las sectas desprecian lo que consideran “atrevimiento de los neonatos.” Sin embargo los fuegos de la Inquisición continúan ardiendo en los recuerdos de muchos antiguos, que están dispuestos a renunciar a algunos derechos para continuar preservando la Mascarada y mantener su seguridad contra la población mortal.
Las ciudades de la Camarilla no son tan cosmopolitas como afirma la secta. Aunque los Vástagos de cualquier linaje pueden unirse, la mayoría de sus miembros proceden de los clanes fundadores de la Camarilla: los Brujah, Gangrel, Malkavian, Nosferatu, Toreador, Tremere y Ventrue.
Estos clanes ayudaron a crear la Camarilla y disponen de un asiento en el Círculo Interior. Los vampiros de otros clanes y líneas de sangre pueden asistir a los cónclaves y reuniones de la secta, pero son tratados como voces minoritarias o simplemente ignorados.
Después de la formación del Sabbat la Camarilla se opuso a la nueva secta como la única forma de preservar y proteger la Mascarada y a sus propios Vástagos. Mientras el Sabbat rechazaba las Tradiciones y cualquier pretensión de humanidad debido a su paranoia ante la Gehena, la Torre de Marfil se mantuvo firme y declaró a los vampiros del Sabbat sus enemigos. Desde entonces la Camarilla ha alternado períodos de guerra fría y guerra abierta conquistando y cediendo territorios como dos naciones en guerra y cualquiera que no se aliara con la Camarilla contra el Sabbat podía ser considerado un aliado del enemigo.
Como resultado de este conflicto continuado contra el Sabbat, en las noches modernas la Torre de Marfil se está tambaleando, perdiendo unos pocos ladrillos aquí y allá mientras sigue proclamando orgullosa que es una secta fuerte y unida. Los antiguos se aferran a sus bases de poder, volviéndose cada vez más paranoicos ante la posibilidad de que otros Vástagos sean infiltrados del Sabbat o simpatizantes de los Anarquistas. Los neonatos se sienten cada vez más como siervos bajo la aristocracia de los antiguos, y se les pide que protejan y mantengan una organización en la que tienen pocas esperanzas de ascenso y muchas posibilidades de ser castigados. Los ancillae se encuentran en la peor posición: son incapaces de romper el techo de cristal del dominio de los antiguos pero reciben suficientes migajas de poder para que los Vástagos más jóvenes afilen sus cuchillos celosamente.
Los neonatos y los jóvenes ancillae tiene una ventaja creciente: la tecnología moderna. Los antiguos se sienten incapaces o no están dispuestos a aprender a manejar las herramientas y conceptos de las noches modernas: teléfonos móviles, ordenadores portátiles, armadura corporal discreta, armas camufladas, redes sociales virtuales...se alejan cada vez más de un mundo en el que hasta los chiquillos saben cómo crear un blog y los medios de comunicación se encuentran fragmentados.
Algunos jóvenes vampiros manejan estas herramientas y las utilizan para la preservación de la Mascarada, pero otros se preguntan por qué no pueden arrebatar el poder que los antiguos guardan tan celosamente y no sólo el poder político, sino también la misma sangre de sus venas mediante el acto condenado de la diablerie. Por lo tanto los antiguos cada vez más rechazan lo que no comprenden, destruyendo a servidores leales y chiquillos traicioneros por igual.
Los enemigos de la Camarilla han tomado nota y esperan su momento.
Practicas
En el corazón de la Camarilla se encuentran las Tradiciones y en el corazón de las Tradiciones se encuentra el Príncipe. Ya sea nominalmente o actuando, el Príncipe refuerza las Tradiciones en su dominio y castiga a quienes violan su ley. Muchos Príncipes celebran una corte regular, que funciona como una combinación de reunión social y procedimiento legal. En la corte los vampiros cotillean, hablan de política y ganan el favor del Príncipe, que junto con sus servidores se encarga de los temas legales y de juzgar o impulsar políticas.
Cuando un vampiro es encontrado culpable de crímenes graves como una rotura evidente de la Mascarada, el diabolismo de otro Vástago u ofender al Príncipe, se puede convocar la Lextalionis, la temida Caza de Sangre. El Príncipe declara la caza en su corte y su palabra se extiende desde su Primogenitura a los clanes. Todos los que escuchan la llamada deben participar (aunque “participación” puede consistir simplemente en apartarse del camino cuando llegan los cazadores).
De vez en cuando la Caza de Sangre se convoca para perseguir a un vampiro criminal en el exilio, fuera de los límites de la ciudad, pero lo más frecuente es que la caza no termine hasta que el cazado sufre la Muerte Definitiva. Algunos Príncipes incluso llegan al punto de mirar hacia otro lado si alguien comete Amaranto durante una Caza de Sangre.
Pero no toda la ley de la Camarilla se centra en torno a la disciplina y el castigo. La moneda de la Camarilla, y de muchos otros vampiros independientes que se relacionan con la secta, es un sistema de deudas y favores. Esas deudas o “recompensas” no sólo se contraen y pagan, sino que además se intercambian entre los vampiros dentro de una economía saludable e invisible. Puede que la deuda que debes al Primogénito Brujah tengas que terminar pagándola a un antiguo del clan Malkavian, así que los vampiros siempre tienen cuidado sobre a quién le deben favores.
Como ignorar una deuda puede amenazar toda esta economía, cualquier indicio de rebelión contra este sistema se encuentra con una respuesta abrumadora por parte de las Arpías y el resto de los vampiros locales.
Cónclaves
Los Cónclaves son el centro de la política global de la Camarilla y constituyen el tribunal más elevado de la legislación de Camarilla, una sesión de alto nivel de la política del conjunto de la secta, y una competición política todo en uno. Sólo los puede convocar un Justicar y todos los Vástagos de la Camarilla con autoridad pueden asistir a ellos. Los procedimientos pueden durar desde unas pocas horas a extenderse durante muchas semanas. Teniendo en cuenta la política de puertas abiertas de los Cónclaves la seguridad es un problema y la localización de un Cónclave en particular puede que no se anuncie hasta unos días antes.
Por lo general los Cónclaves se convocan debido a las acciones de un individuo poderoso (como un Príncipe) o debido a una infracción seria de las Tradiciones, pero en cuanto se convoca, cualquier Vástago puede presentar un agravio ante el Cónclave y tiene que ser discutido. Dominios enteros han sido remodelados por las decisiones de los Cónclaves: se han declarado guerras, se han convocado Cazas de Sangre y a algunos Príncipes se les ha invitado cortésmente a retirarse. Las Tradiciones también se interpretan, y se pueden añadir enmiendas o precedentes. Los Príncipes pueden recibir poderes de emergencia o dispensas especiales para solucionar problemas especialmente persistentes, como una infiltración local del Sabbat).
No obstante, no todos los Cónclaves se convocan por un problema puntual. Algunos Justicar celebran Cónclaves regulares para permitir discusiones de política a largo plazo y encargarse de casos menos urgentes pero importantes que han ido acumulando a lo largo del año. Muchos Vástagos de la Camarilla aprovechan la oportunidad para fraternizar con otros de su posición o linaje, y algunos lo consideran una oportunidad para dejar a un lado las rencillas y divertirse. Sin embargo, con el paso de los años la seguridad se ha vuelto cada vez más rígida debido a la preocupación por los enemigos de la Camarilla y cada vez más sólo los antiguos importantes parecen capaces de acudir y hacer oír su voz.
La vista desde Fuera
El Sabbat: El mundo se acerca cada vez más a la Gehena y estos llamados “Vástagos” se encuentran penosamente preparados para las noches finales. Serán destruidos mientras siguen balando sus pretensiones de superioridad.
Los Anarquistas: No los odio porque estén al mando. Los odio porque son un puñado de capullos psicópatas y hambrientos de poder rodeados por mamones sin mente que esperan que el poder político salga del final de una polla.
Los Independientes:¿Dicen que gobiernan sobre todos los Vástagos? Los romanos decían algo parecido y la Camarilla terminará igual que ellos. Sólo negocio con ellos porque son la mayor reserva de clientes.
El Sabbat: El mundo se acerca cada vez más a la Gehena y estos llamados “Vástagos” se encuentran penosamente preparados para las noches finales. Serán destruidos mientras siguen balando sus pretensiones de superioridad.
Los Anarquistas: No los odio porque estén al mando. Los odio porque son un puñado de capullos psicópatas y hambrientos de poder rodeados por mamones sin mente que esperan que el poder político salga del final de una polla.
Los Independientes:¿Dicen que gobiernan sobre todos los Vástagos? Los romanos decían algo parecido y la Camarilla terminará igual que ellos. Sólo negocio con ellos porque son la mayor reserva de clientes.
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El Sabbat
Fortalezas tradicionales: Detroit, Ciudad de México, Madrid, Miami, Montreal En oposición a la Camarilla se encuentra la secta de vampiros inhumanos conocida como el Sabbat. La mayoría de las facciones vampíricas creen que la llamada “Espada de Caín” está formada por una colección de bárbaros descerebrados y demonios ultraviolentos, o incluso de adoradores del demonio que pretenden traer a Satán a la Tierra. Los vampiros del Sabbat son vivificados y despreciados en la sociedad vampírica.
Sus enemigos tienen razón para temer al Sabbat, pero no por esas razones. Mientras los “Vástagos” un término que el Sabbat desprecia de la Torre de Marfil se ocultan entre los mortales y se aferran a Tradiciones caducas, el Sabbat prefiere disfrutar de la naturaleza vampírica. Se niegan a seguir llevando los harapos destrozados de la humanidad o actuar como esclavos y ganado ante sus antiguos. Además está claro que los vampiros son muy superiores a los mortales ¿Y acaso los humanos se relacionan con las vacas y las consideran sus iguales? Por lo tanto los vampiros del Sabbat consideran que los mortales son herramientas y alimento en el mejor de los casos y sienten poca tolerancia hacia los “Cainitas” que pretenden ser humanos. Los vampiros son inherentemente ajenos a la humanidad y literalmente inhumanos.
Pero la Espada de Caín no es una mera colección de psicópatas manchados de sangre que corren alrededor de centros comerciales con motosierras. Rechazan la humanidad como principio moral de sus vidas y recurren a otras alternativas. Se adhieren a una gran variedad de Sendas de Iluminación, principios filosóficos que obligan a la Bestia a seguir un código rígido y que permiten al Cainita mantener algo parecido a la estabilidad, sino la cordura, en su existencia nocturna. Además, el Sabbat no sólo se rebela contra la moralidad, sino también contra sus propias inclinaciones por la soledad. Los Cainitas se reúnen frecuentemente en manadas que actúan en parte como cultos religiosos, en parte como facciones políticas y en parte unidades de combate.
Entre la devoción moral, la lealtad a la manada y la necesidad de rebelarse, las ciudades del Sabbat carecen de la sociedad tranquila y calmada de las cortes de la Camarilla.
Las tensiones siempre son elevadas en las “diócesis” del Sabbat y los alrededores de los refugios de los Cainitas a menudo reflejan sus naturalezas explosivas. En las ciudades controladas por el Sabbat los asesinatos, robos, violaciones y atracos son habituales. La Espada de Caín amenaza cualquier ciudad que controla, infiltrándose en los terrenos urbanos hasta que no queda nada salvo recursos brutos para la cruzada eterna. Aunque el Sabbat puede no ser más “malvado” que algunos antiguos de la Camarilla, los Cainitas se muestran más abiertamente con sus actos de destrucción y elaborados juegos de terror.
Debido a estas tensiones el Sabbat es a duras penas una entidad unificada, y en la secta se encuentran numerosas facciones de vampiros unidos bajo el estandarte de la Espada de Caín. Una de las más temidas es la Mano Negra, una milicia especial oculta entre las manadas de la secta. Todos los miembros de la Mano Negra llevan una marca distintiva, un sello místico permanente en la palma de sus manos derechas. Aunque esta marca puede ocultarse o cubrirse, nunca puede borrarse: cuando pasas a formar parte de la Mano Negra te unes hasta la Muerte Definitiva. El Sabbat también dispone de su propia Inquisición, una pequeña facción de Cainitas encargados de perseguir a los herejes e infernalistas de la secta. Si alguien es acusado de ser un infernalista, es difícil negar la acusación, y los Inquisidores utilizan técnicas de tortura para obtener la confesión que necesitan.
La facción Lealista se considera el “verdadero” Sabbat, afirmando que cada vampiro es su propio amo. Predican que la libertad de hacer lo que quieras pertenece a todos los vampiros y tienden a actuar en contra de las órdenes de sus líderes sólo porque creen que deberían hacerlo. También existe la facción del Status Quo, que acepta la naturaleza de los vampiros y sabe que agitar los cimientos del Sabbat sólo sirve para distraer a la secta de su objetivo principal. Los Moderados se oponen a la imposición de normas y reglas que no tienen lugar entre criaturas como los vampiros, situándose entre el dogma de los Lealistas y el conservadurismo del Status Quo. Finalmente, los miembros más antiguos del Sabbat pertenecen a la facción de los Ultraconservadores, que favorecen la centralización y el autoritarismo en la secta para convertir al Sabbat en una fuerza militar contra los Antediluvianos y la Camarilla.
El vínculo que mantiene al Sabbat unido es un fervor religioso por destruir a los Antediluvianos. Cuando las manadas o ideologías amenazan con explotar en una guerra civil total, el Sabbat consigue unirse alrededor de su odio común hacia la Camarilla, considerando a los Vástagos meros títeres de los Antediluvianos. Toda la secta afirma que la Gehena esta llegando y que los Cainitas deben prepararse para los tiempos finales cuando los Antediluvianos despierten y destruyan el mundo.
Cuando llegue el momento la Espada de Caín salvará el mundo y ocupará su lugar correcto como la secta de los señores vampíricos de la noche.
Y el Sabbat ha resultado ser una amenaza seria para la Camarilla. Los neonatos disgustados y cansados de ver a los mismos antiguos noche tras noche ostentando el poder eternamente fuera de su alcance se han unido al Sabbat.
El Código de Milán
I. El Sabbat permanecerá unido en su apoyo al Regente de la secta. En caso necesario, será elegido un nuevo Regente. El Regente respaldará la lucha contra la tiranía, garantizando la libertad de todos los Sabbat.
II. Todos los Sabbat servirán a sus líderes lo mejor que puedan mientras dichos líderes sirvan a la voluntad del Regente.
III. Todos los Sabbat observarán fielmente todos los Auctoritas Ritae.
IV. Todos los Sabbat respetarán la palabra de honor prestada mutuamente.
V. Todos los Sabbat tratarán a sus pares con justicia y equidad, defendiendo la fuerza y la unidad de la secta. Si es necesario, proveerán a la necesidad de sus hermanos.
VI. Todos los Sabbat deben anteponer el bien de la secta a sus propias necesidades, sea cual sea el coste.
VII. Quienes no sigan honorablemente este código serán considerados menos que iguales y por tanto indignos de recibir asistencia.
VIII. Como siempre ha sido, así siempre será. La Lextalionis representará el modelo de justicia inmortal al que todos los Sabbat deben recurrir.
IX. Todos los Sabbat se protegerán unos a otros frente a los enemigos de la secta. Los enemigos personales serán responsabilidad personal, a menos que pongan en peligro la seguridad de la secta.
X. Todos los miembros de la secta defenderán el territorio del Sabbat frente a cualquier poder exterior.
XI. El espíritu libertario será el principio fundamental de la secta. Todos los sabbat tienen derecho a esperar y reclamar libertad de sus líderes.
XII. Los Derechos de Monomancia serán utilizados para resolver las disputas entre los sabbat.
XIII. Todos los Sabbat apoyarán a la Mano Negra.
Addendum al código de Milán
XIV. Todos los Sabbat tienen derecho a vigilar el comportamiento y actividades de sus camaradas para conservar la libertad y la seguridad de la secta.
XV. Todos los Sabbat tienen derecho a convocar un consejo de sus pares y líderes inmediatos.
XVI. Todos los Sabbat actuarán contra quienes usen en beneficio personal y en contra de los intereses de la secta los poderes y la autoridad conferidos por ésta.
Las acciones emprendidas en su caso seguirán solamente el curso aprobado por un quórum de Prisci.
Todos los Príncipes se sienten cada vez más aterrorizados pensando en la noche en la que el Sabbat aparecerá en su Elíseo y serán asesinados. Varias ciudades que han sido fortalezas de la Camarilla durante años han sido atacadas o han caído bajo el control del Sabbat. A medida que pasan las noches la Camarilla se ha visto obligada a tomar medidas duras, destruyendo a los vampiros de los que se conoce o incluso sospecha su afiliación al Sabbat. Algunos Vástagos utilizan esta actitud de mano dura para acabar con sus rivales o conseguir prestigio a ojos de sus sires, pero por cada Cainita del Sabbat destruido, más vampiros se unen a sus filas.
Prácticas
Todo en el Sabbat señala a dos principios importantes y a menudo enfrentados: libertad y lealtad. Su corpus de leyes, el Código de Milán, los refuerza. Los Cainitas son libres de hacer lo que deseen, pero siempre deben permanecer leales a la Espada de Caín, porque sólo la secta puede proteger a los vampiros libres de los antiguos manipuladores, y especialmente de los Antediluvianos. Se cree que dos de los clanes más influyentes de la secta, los Lasombra y los Tzimisce, destruyeron a sus progenitores Antediluvianos y los diabolizaron, mostrando el ejemplo que deben seguir los demás clanes de los vampiros del Sabbat.
Pero los principios y el fervor no siempre mantienen a la Bestia a raya. Como la Camarilla, la secta contiene sus propias rivalidades y maniobras políticas, así como conflictos filosóficos y políticos que pueden resultar igual de sangrientos. Estos conflictos constantemente fragmentan la Espada de Caín, a menudo apartando a los Cainitas de sus objetivos tanto o más que sus enemigos. Aunque la secta dispone de una organización y estructura, cada Cainita posee demasiadas lealtades conflictivas para mantener una estructura rígida. El Sabbat se encuentra luchando constantemente contra sí mismo, y sólo se une cuando aparece un enemigo.
El núcleo del Sabbat es la manada, un grupo de vampiros unidos por el Vinculum y un interés común.
Las manadas son una parte tan integral de la sociedad del Sabbat que los Cainitas sin una manada a menudo son tratados con suspicacia y desconfianza. Normalmente los miembros de una manada luchan entre sí hasta que con sigue imponerse una autoridad, como un sacerdote que realice los ritos y un Ductus que se ocupe de los asuntos seculares. Existen posiciones más elevadas, pero al contrario que la Camarilla, donde todo el poder deriva del Príncipe, las posiciones del Sabbat tienden a construirse sobre las manadas. Algunas diócesis renuncian por completo a las posiciones superiores, dejando que las manadas se dirigen y vigilen entre ellas, a menudo con resultados mixtos.
Aparte de los Lasombra y los Tzimisce, la mayoría de los vampiros del Sabbat se consideran “anticlanes” o antitribu de los clanes de los que proceden. Algunos pervierten las expectativas de sus clanes, mientras que otros llevan los principios de su linaje a sus extremos más monstruosos.
Unos pocos antitribu incluso se han convertido en nuevas líneas de sangre, manifestando Disciplinas o debilidades diferentes debido a su lugar dentro del Sabbat.
Ritos
A menos que sean apresurados “cabezas de pala” de tiempos de guerra, vampiros que son Abrazados, golpeados en la cabeza con un pala y forzados a abrirse camino fuera de su propia tumba, la mayoría de los vampiros del Sabbat atraviesan Ritos de Creación diseñados para demostrar que son Verdaderos Sabbat. El rito obliga al vampiro a probarse a sí mismo ante su nuevo sire o manada, a menudo de una forma que le despoja de gran parte de su Humanidad, transformando al chiquillo de un humano débil y patético en un monstruo apropiado y digno de la secta.
Aparte de ser una burla de las creencias religiosas humanas, muchos de los ritos (o “ritae”) y convenciones del Sabbat son perversiones y corrupciones de los ritos y ceremonias de la Iglesia Católica. Uno de los más notables es la Vaulderie, una corrupción de la Eucaristía en la que los Cainitas mezclan su sangre en un cáliz y a continuación cada uno bebe de la sangre conjunta para fortalecer su lealtad entre ellos. También participan en una amplia variedad de otros ritos. La sangre, el fuego y la violencia son temas habituales en sus “ritae” y los ritos realizados van desde danzas de fuego y sacrificios ceremoniales a la corrupción de juegos y deportes mortales que se convierten en excusas para cometer asesinatos sangrientos y llenos de violencia. Las no vidas de los Cainitas son tensas y hostiles y los ritae les permiten desahogarse y reconectar con otros vampiros antes de regresar a un camino que lleva a la desconfianza y el conflicto interno. El objetivo de estos ritos no es sólo ayudar a crear solidaridad entre los vampiros del Sabbat, sino también llevar al límite sus cuerpos vampíricos y poner a prueba sus capacidades para la guerra.
La vista desde Fuera
La Camarilla: Una ciudad del Sabbat es como un país del Tercer Mundo dirigido por adoradores del diablo. Confía en mí, hacemos lo correcto acabando con esos cabrones.
Los Anarquistas: Se visten con Vínculos de Sangre y fanatismo religioso y lo llaman “libertad”. Algunos de los reclutas más jóvenes cultivan la violencia y una actitud de chicos malos, pero yo veo lo que ocurre de verdad.
Los Independientes: Una noche son tus amigos y a la siguiente intentan partirte la cara porque dijiste algo equivocado. Si tienes que jugar con el Sabbat, juega duro o vete a casa.
La Camarilla: Una ciudad del Sabbat es como un país del Tercer Mundo dirigido por adoradores del diablo. Confía en mí, hacemos lo correcto acabando con esos cabrones.
Los Anarquistas: Se visten con Vínculos de Sangre y fanatismo religioso y lo llaman “libertad”. Algunos de los reclutas más jóvenes cultivan la violencia y una actitud de chicos malos, pero yo veo lo que ocurre de verdad.
Los Independientes: Una noche son tus amigos y a la siguiente intentan partirte la cara porque dijiste algo equivocado. Si tienes que jugar con el Sabbat, juega duro o vete a casa.
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El Movimiento Anarquista
Fortalezas tradicionales: Los Ángeles, San Diego, San Francisco Nominalmente una facción de la Camarilla, la mayoría de los “Anarquistas” todavía se encuentran bajo la autoridad de la Torre de Marfil. La Camarilla afirma que los Anarquistas se encuentran bajo la protección de la secta, pero los Anarquistas posiblemente lo consideren opresión.
Sin embargo, muchos vampiros del Movimiento Anarquista comprenden la utilidad de la estructura y sólo los más radicales exigen una retirada total de la Camarilla.
Los Anarquistas tratan de cambiar la Torre de Marfil desde dentro, convirtiéndola en una benévola sociedad de vampiros como suelen afirmar a menudo.
¿Qué es necesario cambiar? Pregúntales a doce Anarquistas y recibirás doce respuestas distintas. Están de acuerdo en que es necesario un cambio, pero en conjunto no se dedican a ningún plan en particular. Surgen tendencias comunes, como la redistribución del poder de los antiguos a todos los vampiros y la creación de una autoridad política basada en el mérito y no en la edad. Sin embargo, que estos cambios lleguen mediante un debate apasionado en el Elíseo o mediante una guerra de guerrillas, depende del Anarquista en cuestión. Al contrario que los vampiros del Sabbat, que se rebelan porque creen que los vampiros deberían ser superiores, los objetivos del Movimiento Anarquista son nominalmente igualitarios.
Naturalmente ese mismo concepto de igualdad es lo que hace al Movimiento Anarquista tan peligroso para la sociedad vampírica. La resistencia al cambio no es única en la Camarilla; los antiguos del Sabbat o de los clanes independientes tampoco desean renunciar a su poder y los ancillae también han trabajado duro para situarse por debajo de la posición de los antiguos. Si la retórica de los Anarquistas se extiende, todo su trabajo y esfuerzo no habrá servido para nada. Así que no es sorprendente que la mayor parte del tiempo los Anarquistas se encuentren frustrados, por lo que tienden a adoptar una mentalidad de asedio.
A pesar de su integración en la Camarilla, el Movimiento Anarquista es esencialmente una secta, aunque carece del nivel de organización que les permitiría situarse al mismo nivel que la Camarilla, el Sabbat o los clanes independientes. Lo único que une a los Anarquistas es que saben lo que no quieren ser. Es útil para agruparse, pero no funciona tan bien como sistema de organización. Además, las estructuras rápidamente se terminan estancando, y eso es exactamente contra lo que luchan los Anarquistas.
Eso no significa que los Anarquistas estén en contra de la organización. A pesar de su nombre no todos los Anarquistas lo son de verdad; muchos simplemente quieren cambiar la Camarilla o el Sabbat en estructuras nuevas, normalmente basadas en las ideas de gobierno de los mortales. La mayoría de estas estructuras tienden a girar en torno a algún tipo de democracia, pero los Anarquistas han probado variaciones del neo feudalismo o incluso del fascismo con éxito variado. Una de las pocas cosas en las que los Anarquistas parecen estar de acuerdo es que resulta necesario que alguien esté al mando, y ese vampiro habitualmente recibe el nombre de Barón.
Sin embargo, los Anarquistas no han sido capaces de establecer una identidad común hasta hace poco. Tras la Segunda Revuelta Anarquista de 1944, que llevó a la creación del Estado Anarquista Libre en California, el Consejo Revolucionario decidió adoptar una serie de principios de autogobierno para el Estado Libre antes de disolverse, el “Status Perfectus” o “Estado Perfecto”. Se trataba de un documento revolucionario, el primero que registró el sueño Anarquista de forma clara e inequívoca en las noches modernas. Invitaba a los Anarquistas de todo el mundo a protegerse, sin importar sus clanes. Prometía una nación de vampiros libre de la opresión política y los prejuicios de los antiguos y juraba extender esa libertad a los Vástagos de todo el mundo. Se declaraba que la libre voluntad o “libertas” era una parte inherente de la naturaleza espiritual de los Vástagos, y que todos los vampiros debían colaborar para liberarse de las fuerzas que pretendieran robarles su libertas. Algunos Anarquistas están en desacuerdo con algunas partes o con todo el Status Perfectus, pero se ha convertido en un documento muy influyente para el Movimiento Anarquista, y lo más próximo que posee la secta a una serie de principios unificados.
De todas formas, aunque los Anarquistas carecen de organización disponen de pasión más que sobrada. Desde el punk neonato más que furioso al intelectual más elocuente y de discurso moderado, los Anarquistas se encuentran impulsados por la misma pasión en conjunto, lo que les proporciona un dinamismo al que la mayoría de los vampiros simplemente no están acostumbrados. Lo más aterrador para la mayoría de los Vástagos es que los Anarquistas parecen creer de verdad en lo que dicen. Los antiguos intentan ignorar el comportamiento de los Anarquistas como una simple necedad o inexperiencia en la Yihad, pero estos jóvenes vampiros parecen conseguir victorias que siglos de manipulación y poder no han conseguido. Y el cambio aterroriza a quienes están en el poder.
La Revuelta Anarquista de hace siglos arde de nuevo en las noches modernas y muchos Anarquistas creen que ha llegado el momento de recuperar la noche.
Prácticas
Algunos Vástagos confunden erróneamente el Movimiento Anarquista como una mera colección de vampiros Brujah recién Abrazados que se rebelan contra sus mejores. A menudo se sorprenden al descubrir la realidad cosmopolita de la secta. Por cada neonato ruidoso y atrevido que quiere destruirlo todo existe un ancilla tranquilo y razonable dedicado a los ideales del Movimiento. Los Anarquistas no habrían sobrevivido tanto tiempo si todos hubieran sido rebeldes sin causa o si sólo fueran un puñado de clanes impulsados por sus pasiones. La diversidad, el mismo elemento que provoca su desorganización, es también una de las mayores ventajas del Movimiento.
Por desgracia los vampiros a menudo fallan a la hora de dominarse y un grupo tan diverso de Cainitas necesita algo que les ayude a mostrar cierto orden. Para Vástagos que prefieren el mérito como principio guía del gobierno vampírico, la posición no es necesariamente un concepto incompatible, aunque resulta muy ofensivo para algunos Anarquistas. Por lo general los Anarquistas tienden a confiar en otros vampiros si han oído hablar de ellos y no tanto si lo que han dicho esos vampiros es importante.
Como resultado, el Trasfondo: Posición para los Anarquistas depende de la reputación: una combinación de autopromoción personal, boca a boca y fanfarronería directa que hacen que un Anarquista sea reconocido tanto dentro como fuera de su propia baronía. La Posición Anarquista no se corresponde a un título político o un nivel de autoridad, pues existen vampiros sin título –como el notorio bromista conocido como “Jack Sonrisas” con una reputación universalmente más elevada que la de los Vástagos que ostentan el título de Barón. Si este reconocimiento proporciona respeto o desprecio es lo de menos; como dijo Oscar Wilde: “Existe algo peor en la vida a que hablen mal de ti; y es que no hablen de ti en absoluto.”
Juegos y Bromas
Al contrario que los juegos sangrientos que el Sabbat utiliza como parte de sus ritae o la cortesía forzada del Elíseo de la Camarilla, a los Anarquistas les gusta divertirse y bromear de verdad entre ellos. Creen que la existencia de los Vástagos no debería consistir en continuas traiciones y derramamiento de sangre, sino en disfrutar cada noche al máximo. Los vampiros del Sabbat consideran esta idea una desagradable muestra de humanidad, mientras que los cínicos de la Camarilla creen que es una locura de juventud, pero a los Anarquistas no podría importarles menos.
Con frecuencia juegan entre ellos o se gastan bromas unos a otros y a otros Vástagos incautos para probar su coraje y como una forma de sacudir un poco el sistema.
Algunos Anarquistas desaprueban los juegos y las bromas. Dicen que reducen la seriedad de sus principios y dificultan que el Movimiento Anarquista sea tomado en serio, además de resultar peligrosos y amenazar la Mascarada. Lo peor de todo es que son sólo una pérdida de tiempo que se podría emplear mejor trabajando para la gloriosa revolución de la sociedad vampírica. Y en parte tienen razón. Jugar con pistolas de 9mm es bastante peligroso, aunque les digas a todos que no apunten a la cabeza.
Provocar que los antiguos caigan en frenesí en medio de Elíseo posiblemente dificulte la labor del Barón que esté debatiendo o negociando con el Príncipe local. Fingir accidentes y hacerse pasar por un cadáver entre los mortales no está muy lejos de romper la Mascarada.
Pero los jóvenes Anarquistas dicen: “Jódete; la eternidad es demasiado corta.” Y los juegos continúan.
La vista desde Fuera
La Camarilla: [color=#ff0033]Por lo menos comprenden que su lugar se encuentra dentro de la Torre de Marfil, aunque su influencia desestabilizadora puede ser un problema. De una forma o de otra, es mejor mantenerlos tranquilos.[/color]
El Sabbat: Tienen la idea correcta pero no están dispuestos a renunciar a su cómoda Humanidad para dar el siguiente paso. Existe algo de material de reclutamiento en potencia entre ellos, pero se rompen con facilidad.
Los Independientes: ¿Deberíamos darnos todos la mano y ser hermanos? Lo veo difícil, joven Cainita. Mi clan ha luchado duro por permanecer al margen de tu Yihad y yo no voy a hacer lo contrario sólo porque me digas que no soy justo.
La Camarilla: [color=#ff0033]Por lo menos comprenden que su lugar se encuentra dentro de la Torre de Marfil, aunque su influencia desestabilizadora puede ser un problema. De una forma o de otra, es mejor mantenerlos tranquilos.[/color]
El Sabbat: Tienen la idea correcta pero no están dispuestos a renunciar a su cómoda Humanidad para dar el siguiente paso. Existe algo de material de reclutamiento en potencia entre ellos, pero se rompen con facilidad.
Los Independientes: ¿Deberíamos darnos todos la mano y ser hermanos? Lo veo difícil, joven Cainita. Mi clan ha luchado duro por permanecer al margen de tu Yihad y yo no voy a hacer lo contrario sólo porque me digas que no soy justo.
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Los Independientes
Fortalezas tradicionales: Alamut (Assamitas), Venecia (Giovanni), Calcuta (Ravnos), El Cairo (Seguidores de Set).
Durante los pasados siglos la danza fatal entre la Camarilla y el Sabbat ha cambiado la sociedad vampírica. Su sangrienta Yihad ha alterado la historia secreta del mundo, destruyendo millones de vidas mortales en el proceso. Sin embargo, existen algunos clanes que contemplan cómo ambas sectas se lanzan una contra la garganta de la otra en el nombre de su antiguo odio y han decidido que prefieren mirar desde las gradas.
Estos cuatro linajes pueden reclamar su lugar como clanes, pero comparten un fuerte desinterés en participar en la guerra entre la Camarilla y el Sabat. Cierto, algunos miembros de estos clanes, principalmente entre los vampiros más jóvenes, se han unido a las filas de ambas sectas de cuando en cuando, pero los antiguos de los Clanes Independientes tienen sus propios objetivos en mente, objetivos que entran en conflicto con la alianza o la lealtad a una secta.
Por supuesto, los vampiros independientes son vampiros primero y miembros de sus clanes en segundo lugar; no todos poseen una devoción inquebrantable y fanática a los ideales de sus linajes. Éstos tienen el beneficio secundario de confundir a los demás Vástagos todavía más, ya que nunca está claro si un vampiro independiente determinado está actuando con los intereses de su clan en mente, siguiendo sus propios intereses personales o alguna mezcla de ambas opciones, y desde luego, puede parecer que está siguiendo una serie de intereses mientras en secreto tiene otras intenciones. Cada independiente es siempre una carta oculta, sin ningún tipo de leyes o política que lo obliguen a seguir una senda clara y definida.
Al menos, así es desde el exterior. Se cree que los antiguos de los Clanes Independientes se encuentran activos en mayor número que los que dominan las sectas. Un clan dispone de un Antediluviano que ha estado ayudando activamente a sus descendientes durante siglos. Otro parece beneficiarse del asesinato de los demás vampiros. Se rumorea que los terroríficos Matusalenes de un tercer clan se están despertando y posiblemente estén organizando a sus chiquillos con un terrible propósito. Y por lo que se refiere al cuarto... Sin importar los rumores, los Clanes Independientes continúan actuando como si no ocurriera nada, trabajando con y contra sus clanes en la misma medida que cualquier vampiro perteneciente a una secta. Si de verdad son los peones de sus antiguos amos, actúan como si ignoraran ese hecho.
Los Clanes
Los Clanes Independientes no tienen casi nada en común salvo su negativa a unirse a una secta en masa. Cada clan tiene un papel diferente en la Yihad, y cada uno sigue sus propios objetivos. Aislados incluso entre ellos, disponen de sus propias leyes al margen de las Sectas.
Los Assamitas
Los Assamitas, que se llaman a sí mismos los Hijos de Haqim, son un clan de asesinos vampiros. Durante muchos años han trabajado como asesinos independientes, contratados por las sectas o cualquiera dispuesto a pagarles en sangre para matar a sus objetivos. De todos los Clanes Independientes, los Assamitas son el más temido, tanto por su papel como asesinos como por los rumores sobre su sed por la sangre de los antiguos.
Aunque tradicionalmente han trabajado como mercenarios, en las noches modernas algunos de los Hijos de Haqim se han preguntado si una alianza con una de las sectas podría resultar más beneficiosa para ellos. No obstante la mayoría de los Assamitas siguen la voluntad y las órdenes enviadas desde Alamut, su fortaleza ancestral, así como sus propias órdenes internas, conocidas colectivamente como las Leyes de Haqim. Los más leales de los Assamitas creen que los demás vampiros son una plaga que debe ser exterminada, mientras que otros afirman que cada vampiro debe ser juzgado y quizás destruido, en función de sus propios pecados, no simplemente por el hecho de que sean vampiros.
Los Giovanni
Los Giovanni son un clan en múltiples sentidos no sólo comparten una sangre vampírica común, sino que la mayoría de ellos también son Abrazados entre los descendientes mortales de los miembros del clan. Los Nigromantes son conocidos por un doble interés: aprender los secretos de los muertos y conseguir poder y riqueza mortal, que son utilizados para ayudar al conjunto de su clan. Sólo unos pocos antiguos de confianza saben que su fundador, Augustus Giovanni, quiere utilizar el conocimiento y poder del clan para destruir la Mortaja que separa el reino de los muertos de este mundo.
Los Giovanni no necesitan a las sectas para nada. Durante los pasados siglos han sobrevivido por sí mismos; no necesitan protegerse de los mortales mediante una pretenciosa Mascarada. Su propia familia les sirve como aliados, recursos y atiende sus necesidades internas, así que no necesitan ayuda. ¿Qué puede proporcionarles pertenecer a una secta que no puedan conseguir ya mediante pactos, intercambios y espionaje ocasional? Han hecho una Promesa que les impide interferir en los asuntos de la Camarilla y viceversa, pero en general los Giovanni son muy autosuficientes y prefieren actuar fuera de la autoridad de las sectas. Eso, combinado con su dominio de la Nigromancia, los convierte en vampiros muy, muy implacables.
Los Ravnos
Los Ravnos son maestros de la ilusión, y su sangre les impulsa a disfrutar del vicio. Su principal lealtad se dirige hacia sí mismos, aunque algunos consideran que su clan es casi igual de importante. Comparados con otros Clanes Independientes se encuentran muy mal organizados: en parte se debe a su diáspora por todo el mundo y en parte a un espíritu nómada no muy vampírico que se ha apoderado de los Ravnos. Viajan por las ciudades de la Camarilla y el Sabbat por igual, y la mayoría de los Príncipes y Arzobispos han aprendido que es mejor dejarles pasar que afrontar los quebraderos de cabeza que supone intentar impedirles el paso.
Los Ravnos se muestran completamente indiferentes a la política de las sectas, y de hecho a la política de cualquier clase. Muchos observadores externos consideran que los Ravnos son demasiado caóticos para tener un impacto significativo sobre el conjunto de la Yihad y los Ravnos asienten con sus cabezas y continúan haciendo lo que quieren. El clan cree que una noche el fundador de su clan despertará y destruirá a todos los demás Antediluvianos. Hasta esa noche vagan por el mundo sin lealtad a nadie y no ven razón alguna para cambiar.
Los Seguidores de Set
Los Seguidores de Set tienen distintas razones para negarse a unirse a las sectas. Se consideran parte de algo mucho más antiguo que la Camarilla o el Sabbat y desprecian la idea de que los objetivos establecidos desde la antigüedad deberían dejarse a un lado simplemente porque algunos vampiros comenzaron a unirse bajo un nuevo nombre hace unos pocos siglos. Afirman que su fe se remonta hasta los principios de la civilización y que su antigua lealtad es mucho más importante que la política.
Eso no significa que los Setitas se nieguen a trabajar como mercenarios para las sectas. Su clan se refugia y realiza su adoración en lugares secretos, lo que les proporciona favores oscuros y un gran conocimiento que pueden ofrecer a cualquier vampiro dispuesto a pagar el precio adecuado. Muchos vampiros conocen la trampa que supone negociar con los Setitas, pero una y otra vez acuden a ellos, jurándose en cada ocasión que será la última. Cada favor contraído o adicción satisfecha acerca a los Setitas a un paso más de su objetivo último: la resurrección del mismísimo Set.
La vista desde Fuera
La Camarilla: Está claro que están metidos en algo. Un puñado de esos Vástagos “independientes” termina uniéndose a la Torre de Marfil, pero muchos más se dedican a hacer lo que quieren, sin leyes ni sociedad que los contengan. Por sí solos no pueden resistir nuestra fuerza, pero son lo suficientemente poderosos para cambiar el equilibrio de la situación.
El Sabbat: ¿Esos clanes afirman que son libres? Y una mierda. Son tan títeres de los Antediluvianos como la Camarilla. No merece la pena tratar de matar a un Giovanni en su mansión o a un Setita en su templo, pero cuando llegue el fin del mundo, caerán como todos los demás.
Los Anarquistas: Estos tipos lo han conseguido. Permanecen fuera de la Yihad, hacen sus propios planes y la gente les escucha. Tío, eso es libertad. Una pena que no pueda confiar en ninguno de esos cabrones ni tampoco unirme a ellos.
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